lunes, 3 de abril de 2006




La cámara
Antes de que tu nacieses, un famoso pintor, arquitecto y descubridor, llamado Leonardo Da Vinci, estaba sentado en su habitación con las persianas bajadas, debido al intenso calor. En la persiana había un pequeño agujero, y observó en la pared contraria los objetos que estaban en la calle, pero de forma invertida. A través de este agujero entraban los rayos del sol, que proyectaban en la pared opuesta una imagen del mundo exterior dentro de su habitación. Esta fue la primera cámara fotográfica que se dio en llamar "cuarto oscuro" y que hoy día se sigue llamando así.
Pero tenemos un problema: esta cámara tiene un formato demasiado grande, y no podemos llevarla y traerla a donde queramos.
Todas las cámaras actuales, por muchos tornillitos o palanquitas que tengan, basan su funcionamiento en la cámara de Leonardo Da Vinci.
Y todas ellas, por muy diferente que sea su formato, tienen algo en común: el ojo (objetivo). Sin él, la cámara también podría "ver", pero no con tanta nitidez. Este objetivo consta de una lente o varias de forma convexa que consigue proyectar los rayos de luz que lo atraviesan en un punto llamado "foco".
Debido a un mecanismo más o menos automático de las cámaras fotográficas, podemos alejar o acercar el objetivo para obtener un foco "nítido".